lunes, 18 de febrero de 2013

Milagros

Por Wilmar Vera

Es que en la cárcel no hay diferencia de días, que se repiten como el agua que sale de una llave abierta y las únicas diferencias pasan los fines de semana,  con la visita.


Por Wilmar Vera
La primera vez que lo detallé pensé que estaba loco. Se paraba frente al único estante de la pobre biblioteca de nuestra prisión y se quedaba observando una hilera en particular de libros y luego a la ventana, hacia el cielo. Una y otra vez, todos los días desde hacía varias semanas.
Al tercer día de percatarme de su existencia, me picó la curiosidad y yo, que me he caracterizado por hallarle respuestas a las preguntas, comencé como hormiguita a construir su historia.
“Milagros le dicen, lleva como cuatro años aquí y le faltan como otros cuatro”, me dijo Pintaíto, mientras se atarugaba de pan y agua panela con leche en su desayuno.
Hace días que hace la misma cosa, hasta el pluma lo deja porque es inofensivo y no le  estorba a nadie. Simplemente está como loco”, replicó en el almuerzo el viejo Migue, un costeño de Uramita, o algo así, al que le encantan los chistes de maricas y había asesinado a un travesti. Él dice que lo iba a atracar, otros que fue crimen pasional.
Su piel afectada por vitiligo daba la imagen de que la hubieran manchado con pintura rosada. Milagros, por lo único que rompía su extraña posición de estatua humana manchada, era por la hora de las comidas y los fines de semana. Es que en la cárcel no hay diferencia de días, que se repiten como el agua que sale de una llave abierta y las únicas diferencias pasan los fines de semana,  con la visita.
Un día me le acerqué, tímidamente, como un animal indefenso a otro que lo podría atacar, aunque yo sabía que nada me podría hacer. Así lo detallé: debía tener como 60 o 70 años, cabello negro largo y lacio como alambres, que peinaba hacía atrás con un brillo que parecía recién lustrada la cabeza, no usaba gafas, pero por la forma de arrugar los ojos al hablar se notaba que era muy miope.
-Hola, le dije.
Milagros me miró, hizo una mueca de sonrisa y con voz suave me respondió:
-Buen día.
-Busca un libro en particular, pregunté tontamente, como si hubiera de dónde elegir con una raquítica biblioteca, donde lo que abundan son códigos penales de hace muchos años, textos escolares amarillentos y tantos libros religiosos, novenarios, libros de oración y biblias que más que un centro penitenciario se creería que estamos en un  seminario.
-Espero, solo espero, me respondió y le di la razón a Petete, un gordo sicario al que en su última “vuelta” lo agarraron porque le dio un ataque de asma y se desplomó resoplando a pocas cuadras del lugar donde cometió el crimen.
Confieso que pasaba a ratos por la biblioteca sólo para saludar al viejo y me sorprendió cuando me dijo:
-Ya casi me voy, quiero decirle a usted adiós. Voy a ser libre.
- Y eso, don Milagros, ¿le llegaron noticias de su caso? ¿Le dieron condicional? ¿Se va a volar?
Abrió los ojos como si hubiera descubierto un secreto, luego sonrió con una risa huérfana de dientes y siguió mirando los volúmenes verdes, gruesos y caducos de teoría judicial. Nueva o vieja, eso no pasa de ser letra muerta y solo uno lo descubre cuando está en la cárcel.
Una mañana en el conteo faltaba un recluso y temí que  mis  palabras su hubieran hecho realidad.
Los dragoneantes Peña y Riscos subieron a la celda 23 y alarmados se pegaron de los pitos pidiendo refuerzos.
El viejo Milagros estaba en el baño desplomado, inerte, con los ojos abiertos, nos contó más tarde Peña. Hubo una rapiña con las pocas pertenencias: cuatro camisas semitransparentes de lo viejas, un par de chanclas remendadas, dos pantalones a punto de partirse en jirones y un libro, un libro pequeño de insectos. El Yanqui, Burro y Pablito se quedaron con sus pocas cosas y a mí me dieron el libro, porque yo era el único “amigo” que tenía. Que tristeza pasar por esta vida y no dejar alguien que al menos lamente su muerte. Es como tener el más bello paisaje pero no tener ojos para contemplarlo.
Al segundo dìa de su fallecimiento me fui al estante de libros y me paré en el sitio donde solía estar Milagros. Miré la línea de libros: “Código Penal actualizado -1999-“, “El derecho de las gentes y las gentes al derecho”, “La presunción de inocencia en el código penal colombiano”… Nada interesante. Miré a la ventana y pude notar un ángulo por donde no se veía el muro que nos separa de la calle, de la libertad. Se veía el cielo que ese día era azul brillante, como un canto a la vida en medio de este enorme ataúd, donde la tapa es precisamente el cielo.
Tomé el libro más grande, con intención de meter junto a ellos el que tenía de Milagros, cuando noté un movimiento extraño. Algo se movió atrás de los libros y, tímidamente, revoloteó una mariposa amarilla con líneas negras. Se me acercó hasta la nariz y como si hubiera adivinado el camino, remontó  a la ventana y salió dando giros  de novata hasta el cielo.
-Ahora sí son libres, me dije sonriendo y guardé el libro. Los dragoneantes hicieron sonar sus pitos. Hay que contar a los presos en el patio, otra vez, pero sé que les faltarán dos…

Carticas desde el encierro (4)


viernes, 15 de febrero de 2013

En periódico DE LA URBE


Por Jorge Ignacio Sánchez         
nachosanchezo@gmail.com
El sábado 2 de febrero en la red Twitter corrió el reclamo de la esposa y varios
amigos del periodista Wilmar Vera. Preguntábamos por su paradero. Lo que
se sabía era que el Instituto Nacional Penitenciario, INPEC, lo había sacado
a las tres de la mañana de la cárcel San Bernardo, en Armenia, sin avisarle a la familia. Aunque la entidad no está obligada a anunciar estos movimientos, los hechos que
han rodeado la detención de Vera han puesto en alerta a su esposa, Ángela David. A
su abogado. A sus amigos.
Desde el 6 de junio de 2012, cuando fue sacado de su oficina de profesor de la
Universidad de La Salle en Caldas, Antioquia, se tendió una sombra de dudas sobre el
profesor.
Un avión de la Policía viajó desde el eje cafetero para trasladarlo de inmediato a
la ciudad de Pereira. La razón: la Fiscalía General de la Nación lo señala como autor
intelectual o determinador del asesinato de Alexánder Morales Ortiz, un precandidato
al Concejo de Pereira, que fue su alumno y amigo, con quien tenía negocios particulares
y a quien, según Ángela, Wilmar admiraba.
En tres audiencias, la Fiscalía le imputó cargos y un juez de garantías lo privó de la
libertad. Hoy, privado de su libertad, asegura ser inocente. Lo reafirma en manuscritos.
Lo repite hasta el cansancio en llamadas telefónicas. Lo publica en su blog. Ante el juez
y ante quien le pregunte, niega ser el determinador, en contravía de lo que afirma el
Coronel Gonzalo Londoño,  Comandante de la Policía Metropolitana de Pereira, quien
en declaraciones a la prensa aseguró que “el móvil definitivamente fue económico. Él
había entregado un dinero, había invertido en una mina y, ante el incumplimiento reiterado del señor excandidato Alexánder Morales, pues fue lo que ocasionó que él ubicara
a unos sicarios para causarle la muerte”.
Esta es, en síntesis, la acusación de la Fiscalía contra Vera Zapata. Se basa en el
testimonio de Carlos Andrés Velásquez Villada, el sicario capturado y sindicado por el
crimen. Testimonio entregado un año después de ocurrido el crimen.
La audiencia para su defensa, prevista para el 7 de diciembre pasado, se canceló sin
explicaciones muy claras. Se programó para el primero de febrero de 2013. La última
fiscal asignada tramitó un nuevo aplazamiento ante el Juzgado Quinto Penal de Pereira
y ante el abogado de Vera. La petición fue rechazada. El día de la audiencia, a las cuatro de la mañana, pocas horas antes de la cita, la fiscal se hospitalizó de urgencia. Sin
ella, la audiencia se postergó nuevamente para el 4 de febrero. A la fecha, son cinco los
fiscales que han asumido el caso. Tres se han enfermado súbitamente.
Comparto con Ángela, la esposa de Wilmar, varias de las preguntas sobre la acusación que pesa contra el periodista:
¿Qué explica la alta rotación de fiscales en este caso?
¿Quiénes son los testigos de la Fiscalía? ¿Estamos ante otro caso en el que, para
mostrar efectividad, la Fiscalía construye los testimonios a la sombra de negociaciones
con delincuentes reconocidos?
Según la Fiscalía, Jílder Antonio Aricapa Motato, apodado ‘El Indio’, era el intermediario de Vera con los autores materiales. Pero habría celebrado reuniones en
sitios públicos con todo el grupo para entregar el dinero, a los ojos del sicario. Esa es
la empresa criminal que Wilmar montó, según la Fiscalía. Entonces, ¿para qué un
intermediario?
¿Por qué, solamente un año después de los hechos, el sicario dice haberse reunido
con Wilmar y, supuestamente, ver la entrega del dinero al encargado de coordinar el
asesinato? Es muy curioso el argumento de la Fiscalía, según la cual, el sicario preguntó
al intermediario quién pagaba el trabajo, porque “él no trabajaba sin tener la plata por
delante”. Esa “regla” habría justificado la famosa reunión en la que el intermediario,
para tranquilizar al gatillero, le dijo que el contratante se llamaba Wilmar Vera. Ridículo.
¿Puede existir algún interés en señalar un culpable y ocultar a los verdaderos responsables? Las actuaciones jurídicas durante el proceso generan muchas inquietudes.
En la red Twitter circulan llamados a la justicia y la solidaridad rodea a Wilmar y a
su familia. Sus alumnos, compañeros y amigos de la Universidad acompañan a su esposa
y a su hija de nueve años, para quien tampoco  tiene sentido lo que ocurre con su padre.
Aunque la privación de su libertad no se relaciona con el ejercicio periodístico,
algunos periodistas han tomado el caso como un emblema. Y para mí, que lo conozco
y confío en él, es difícil dejar pasar la ocasión sin exigir a la Fiscalía seriedad en sus
acusaciones; al Instituto Penitenciario y Carcelario, INPEC, seguridad para él (en dos
ocasiones lo han encerrado en la cárcel con el sicario, quien lo amenaza de muerte);
y, finalmente, a los amigos, solidaridad y respaldo al colega que, tal vez, es otro chivo
expiatorio de una justicia amañada y selectiva.  

domingo, 10 de febrero de 2013

Esta fue la ligereza con que se dio la noticia en RCN TV:


Capturan a ex decano de Periodismo por asesinato de un estudiante



Última actualización: 08-06-2012 8:44 pm
Fuente: Canal RCN
Detrás del asesinato de un estudiante podría estar su profesor. El ex decano de una facultad de Periodismo fue capturado como presunto autor intelectual del homicidio de un alumno.
Al parecer, diferencias de dinero, entre el profesor y el estudiante, provocaron el crimen.
 La víctima era candidato al Concejo de Pereira cuando fue atacado por sicarios.

El profesor universitario dictaba una clase en Medellín cuando fue capturado
por la policía señalado como presunto responsable del homicidio del estudiante
y pre candidato al Concejo de Pereira Jhon Alexander Morales, ocurrido en marzo de 2011.

Los hechos se presentaron en el centro de Pereira cuando un sicario llegó hasta
un restaurante y asesinó al joven político. El presunto homicida fue capturado por
 la policía cuando escapaba.

En el momento del crimen Wilmar Vera se desempeñaba como decano de la
 facultad de Comunicación Social y Periodismo en una universidad de Pereira
y era profesor del joven asesinado.

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Nacional

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Cartago Noticias, 8 de febrero


Wilmar Vera Zapata, símbolo de unidad nacional del periodismo este 9 de febrero
Wilmar Vera Zapata, quien fuera Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Católica de Pereira, se encuentra imputado por la muerte de su ex alumno Alexander Morales Ortiz y con quien sostuvo una estrecha amistad durante años.

Wilmar Vera Zapata
Wilmar Vera Zapata, quien fuera Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Católica de Pereira, se encuentra imputado por la muerte de su ex alumno Alexander Morales Ortiz y con quien sostuvo una estrecha amistad durante años.
El supuesto motivo del crimen, según la Fiscalía, fue la no devolución de un dinero por parte de Morales a Vera Zapata, correspondiente a un negocio relacionado con una mina de carbón en la Jagua de Ibirico, en el departamento del Cesar, asunto que no funcionó como se había acordado. En ese negocio también participaron otras personas de Pereira y Bogotá.
La acusación de la Fiscalía contra Wilmar Vera se basa en el testimonio que rindió el sicario capturado y sindicado por ese crimen, Carlos Andrés Velásquez Villada, versión que no dio en las primeras audiencias ni en el juicio en su contra, sino en una declaración un año después del crimen.
Wilmar Vera Zapata le dictó el taller FUTURO DEL PERIODISMO, el día 11 de febrero de 2006 en el auditorio de la Cámara de Comercio, a los miembros del Círculo de Periodistas de Cartago CPC.
El proceso en contra del Periodista ha sido irregular, pues han participado cinco fiscales quienes han renunciado en su momento y de acuerdo a la defensa, el Estado a través de la procuraduría y la Fiscalía han pretendido vulnerar los derechos fundamentales del imputado.
El caso del periodista Wilmar Vera Zapata, es el símbolo de unidad nacional del gremio, este 09 de febrero día del Periodista Colombiano.

La Tarde, 6 de febrero


Judicial
Miércoles 06 de Febrero de 2013 - 02:01 AM

Terminó la audiencia preparatoria de Wilmar Vera

El próximo viernes se define para cuándo queda programado el juicio oral del caso donde el precanditato al Concejo de Pereira murió en un asesinato
Después de dos días de intensa audiencia preparatoria que inició el pasado lunes y terminó ayer en la tarde, el juez del caso decidió omitir algunas pruebas que presentaron la defensa de Wilmar Vera y la Fiscalía.

Testimonios y documentos que para el administrador de justicia no son útiles para el juicio oral, como por ejemplo los presuntos atentados que tuvo Carlos Andrés Villada Velásquez (confeso sicario); y por la parte de la defensa el testimonio de algunos inversionistas de la empresa de carbón por la que presuntamente se registró el homicidio del ex precandidato al concejo de Pereira Alexánder Morales, en marzo de 2011.

El abogado de Vera Zapata, manifestó su inconformismo con la omisión de algunos testimonios por parte del operador de justicia, por lo anterior interpuso un recurso para que sean tomadas en cuenta.

El juez del caso dará su decisión final con respecto a este aspecto el próximo viernes a las 10:30 de la mañana. También se conocerá en esta fecha el día que comienza el juicio oral.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Este 9 de febrero, Wilmar es nuestro símbolo



El próximo 9 de febrero, día del periodista, queremos hacer un homenaje a Wilmar y a todo el periodismo en general posteando esta foto en los muros de Facebook.

domingo, 3 de febrero de 2013

Ayúdanos a visibilizar el caso


¡No queremos lamentarlo más adelante!

Retwiteea los siguientes trinos, por favor:

"Sicario amenaza de muerte al . Está en la misma prisión  es responsable".

No es normal, ni casualidad que el#periodistaWilmarVera coincida en prisión con el sicario confeso @INPEC_Colombia

@Lawamendoza @Abelgomo @INPEC_Colombia es inaceptable que pongan en peligro la integridad fisica de #periodistawilmarvera. IRRESPONSABLES.

@Abelgomo: Sicario amenaza de muerte al #periodistaWilmarVera. Está en la misma prisión @INPEC_Colombia es responsable RT, por favor”

Irresponsable la conducta del @Inpec_Colombia que coloca a un múltiple y confeso asesino al lado de un imputado#periodistaWilmarVera

¿De cuándo a acá un hombre sin antecedentes es equiparable a un confeso asesino, con un largo prontuario? #periodistaWilmarVera

El sicario tiene antecedentes criminales desde los 19 años y ha estado en 7 cárceles. ¿Será de fiar? #periodistaWilmarVera@INPEC_Colombia

@Abelgomo : "Sicario amenaza de muerte al #periodistaWilmarVera. Está en la misma prisión @INPEC_Colombia es responsable RT, por favor"

@Abelgomo Los únicos que se creen ser de mejor calaña que los pobres son los políticos. Debemos hacer algo. que cuiden al profe.
 Retwitteado por Abelardo Gómez

Esta semana debe ser la audiencia en elc aso del#periodistaWilmarVera. Hay que visibilizar su situación en todos los medios

Segunda audiencia consecutiva que se suspende



De nuevo, aplazada audiencia en el caso del periodista Wílmar Vera: es la segunda consecutiva que se suspende y quedó para este lunes 4 de febrero
·         Por el mismo motivo, la Fiscalía pidió aplazar audiencia en diciembre.
·         Wílmar Vera fue trasladado a cárcel de Pereira en la madrugada del sábado.
·         Sicario que lo acusa fue llevado igualmente a penal de Pereira: familiares y amigos exigen seguridad para Wílmar Vera.
Por Comité de Apoyo a Wílmar Vera
Aduciendo problemas de salud, la quinta fiscal asignada al proceso penal contra el periodista Wílmar Vera Zapata no asistió a la audiencia programada para el viernes primero de febrero en el complejo judicial de la ciudad de Pereira.
La diligencia se había reprogramado luego de la cancelación de otra citada para el 7 de diciembre de 2012. Tanto en esta como en la anterior, la Fiscalía adujo problemas de salud de sus representantes y solicitó la cancelación de las actividades judiciales relacionadas con este caso.
Como se recordará, el primero de febrero estaba citada la audiencia preparatoria del juicio en el caso contra el periodista, historiador y profesor universitario Wílmar Vera Zapata, acusado de ser el determinador (autor intelectual) del homicidio del precandidato al Concejo de Pereira Alexander Morales.
Varios fiscales se han enfermado
El argumento de la salud de los fiscales no es nuevo en este proceso. Ya con anterioridad la Fiscal 22, Claudia Cristancho, quien tomó el caso en sus inicios, se había retirado exponiendo razones de salud.
Como se dijo, ya son cinco los fiscales que han pasado en un lapso de poco más de 7 meses, casi que un fiscal nuevo cada mes y medio. Esta situación ha llamado la atención de los observadores del proceso porque no es usual ni parece normal en estas situaciones judiciales.
Cada uno de estos fiscales ha llegado con la misma petición: solicitud de tiempo y de aplazamiento para empaparse del caso. Mientras tanto, el sindicado sigue detenido.
Familiares y amigos de Vera han manifestado en forma reiterada que esta es una manera evidente de irrespetar los derechos mínimos de cualquier sindicado en un sistema penal serio.
La corta audiencia del viernes
El primero de febrero la audiencia se inició a las 8:30 a.m. sin presencia de la Fiscalía. El juez, entonces, anunció 20 minutos de receso con el fin de que se presentara la encargada del caso por parte de este ente acusador.
Reiniciada la audiencia, estuvo presente la Fiscal 18, quien actúa como coordinadora de Fiscalías en la ciudad de Pereira, para informar que la fiscal encargada estaba siendo atendida por quebrantos de salud. Al ser interrogada por el juez 5º Penal Municipal, comunicó que no tenía la constancia de incapacidad a la mano. Minutos después sí presentó el documento solicitado.
El juez llamó la atención de la coordinadora de fiscalías, recordándole el anterior aplazamiento de la audiencia fijada para diciembre debido a solicitud del ente acusador. Además, le ordenó agilizar todo lo pertinente para que el próximo lunes 4 de febrero, a las 8:30 a.m., esté presente un fiscal para así continuar la fase preparatoria del juicio.
En la mencionada audiencia la defensa de Wílmar Vera y la de los otros dos imputados iniciaban la presentación del material probatorio que refuta las acusaciones de la Fiscalía.
“Soy inocente”: Wílmar Vera
Tal y como se ha informado, la Fiscalía ha estructurado su acusación a partir de las declaraciones del sicario que asesinó a Alexander Morales, quien fue capturado minutos después del crimen, cometido el 18 de marzo de 2011 en un restaurante del centro de Pereira.
El sicario hizo sus acusaciones contra Vera Zapata un año después de estar en prisión. Esas afirmaciones del sicario han sido duramente cuestionadas por la defensa de Vera, que asegura que ha entrado en varias contradicciones, lo que prueba la inocencia del imputado.
Desde el mismo momento de su captura, el 6 de junio de 2012, Vera ha reiterado que es inocente y que es un chivo expiatorio de un crimen que no cometió ni ordenó cometer. Por todo esto, familiares y amigos han calificado este caso como un “falso positivo judicial” por parte de la Fiscalía General de la Nación.
Sorpresivo traslado de cárcel
A las 3 de la mañana del sábado 2 de febrero, menos de 24 horas después de la cancelada audiencia, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), trasladó a Wílmar Vera de la cárcel de Armenia a la de la ciudad de Pereira. Fue dejado en el patio 3 de esta última, donde se encuentran los reclusos de alta peligrosidad.
El traslado de Wílmar Vera fue hecho sin avisar al abogado defensor. El argumento que entregó el Inpec para el traslado fue poder llevar a tiempo al sindicado a la audiencia del próximo lunes 4 de febrero. La distancia entre las dos ciudades se cubre habitualmente en 40 minutos.
En ocasiones anteriores, sin embargo, el traslado se hizo sin problema y se llegó a tiempo a las audiencias, desde la propia cárcel de Armenia. Vale advertir que en la penitenciaría de Pereira están detenidas otras personas vinculadas a este proceso.
El Inpec, responsable de su seguridad
Al mismo centro penitenciario fue llevado el sicario que testifica contra el periodista y profesor, un hombre identificado como Carlos Andrés Velásquez Villada.
Por considerar inconveniente y peligrosa esa decisión, familiares y amigos pidieron protección especial dentro del penal para Wílmar Vera y responsabilizaron a los funcionarios judiciales que tomaron esa decisión de su seguridad y de si algo malo ocurre allí o en sus traslados a las diligencias judiciales.
El sicario, principal testigo de la Fiscalía, tiene protección administrativa del ente acusador, según reveló fallo de la Corte Suprema de Justicia que le negó una tutela a comienzos de este año.
Velásquez Villada tiene un amplio prontuario de antecedentes penales que incluye delitos como hurto, porte ilegal de armas, infracción de la Ley 30 (estupefacientes), fuga de presos y una condena por homicidio.
PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTE CASO
Andrés Felipe Jaramillo Restrepo, abogado defensor de Wilmar Vera Zapata
Tels. 310 500 44 44 y 300 400 48 44. En Medellín, (4) 448 18 22

De INJUSTICIA, pasamos a caso de vida o muerte

El confeso homicida Carlos Andrés Velásquez Villada está en la misma prisión adonde fue trasladado de manera irregular Wilmar Vera. Ya lo amenazó. Desde este espacio queremos hacer responsable a las autoridades judiciales y al Inpec Colombia por cualquier atentado contra su integridad física. Esta justicia degradada premia al convicto, confeso asesino y castiga al imputado. Se trata ya de la vida misma del periodista, historiador, docente y AMIGO. Por favor, colocar en sus muros.

viernes, 1 de febrero de 2013

En ´TRAS LA COLA DE LA RATA´ - feb. 1- 13


Cocido en el infierno

GUSTAVOCOLORADOPor supuesto, será el juez quien determine el desenlace final de este proceso. Pero a esta altura del camino, leyendo una y otra vez  los documentos a los que es posible tener acceso, me convenzo cada día más de su inocencia.

Por: Gustavo Colorado  Grisales
“Soy inocente”, “Soy inocente”, repitió el periodista, historiador y profesor Wilmar Vera Zapata a la  salida del Juzgado Quinto Penal del Circuito de Pereira, luego de que el juez encargado del caso declarara suspendida la audiencia convocada  para el viernes 1  de febrero de 2013 a las  ocho y treinta de la  mañana. ¿El motivo? La  no comparecencia de la fiscal, una más en la ya extensa lista de funcionarios  asignados  al caso del profesor Vera, cinco en total en un periodo de ocho  meses. Como documento soporte de la excusa le fue entregada al juez, vía fax, la incapacidad médica emitida por una EPS cuyo nombre no fue mencionado. Según expresó a los medios Andrés Felipe Jaramillo, abogado defensor de Vera, en la certificación se expresa que la fiscal fue atendida a las cuatro de la mañana del mismo viernes 1, es decir, a menos de cinco horas del horario fijado para la audiencia. Simple curiosidad: en una ocasión anterior, el procedimiento también fue aplazado por incapacidad médica de otra fiscal.
Hagamos memoria: a Wilmar Vera Zapata se le acusa de ser el determinador -así le dicen en la jerga judicial- de la muerte de su ex alumno, y además amigo personal, Alexánder Morales Ortiz, acaecida el  18 de marzo de 2011 en una calle céntrica de Pereira. El motivo habría sido el incumplimiento de una deuda contraída por la víctima con el periodista y profesor Vera
Visité a Wilmar en  la cárcel de Armenia un caluroso sábado de enero. En medio de  las angustias de la prisión, lo encontré optimista por lo que pudiera suceder este viernes primero de febrero. Es más, hasta se permitió licencias para el humor negro. “Toda la vida soñé con dedicarme exclusivamente a leer, escribir, comer y dormir, pero nunca imaginé que esos deseos se  cumplirían en una cárcel”, exclamó en medio de una risa nerviosa. Para la  fecha, habían transcurrido siete meses desde su detención a la salida de la universidad donde trabajaba en Medellín, el 6 de junio de 2012. Durante  todo el tiempo de la visita lo noté sostenido por una única ilusión: la de salir en libertad en  un periodo no mayor a cuatro meses. Esa esperanza se basa en el convencimiento de su inocencia y en la capacidad de su abogado para demostrarla.
Por supuesto, será el juez quien determine el desenlace final de este proceso. Pero a esta altura del camino, leyendo una y otra vez  los documentos a los que es posible tener acceso, me convenzo cada día más de su inocencia. Lo endeble de las supuestas pistas (unos correos electrónicos dirigidos a  la víctima, recordándole la devolución de los dineros; las vagas declaraciones del  acusado de ser el autor material) y el conocimiento de la condición personal de Wilmar cuando trabajé a  su lado en el ejercicio de la docencia y el periodismo, refuerzan mi convicción. Sin embargo, episodios recientes protagonizados por el sistema de justicia colombiano no pueden menos que generar aprensión por el rumbo de las cosas. Casos como el del ex diputado Sigifredo López son suficientes para echarse a temblar.
 En un documento emitido por el denominado Comité de Apoyo ¡Justicia con Wilmar Vera Zapata! Se puntualizan algunos elementos dignos de mayor análisis: la ya mencionada alta rotación de los fiscales, las ambiguas declaraciones del sicario y el inusitado número de testigos: alrededor de sesenta, son solo tres entre los señalados por el abogado defensor y por quienes siguen el proceso. Sin embargo, resulta inquietante el silencio de los medios de comunicación que se encargaron de dar por condenado al procesado desde el día mismo de su detención.
A lo largo de estos siete meses -casi ocho- el agudo sentido investigativo de Wilmar Vera Zapata  le ha permitido conocer y padecer en el propio pellejo las caras más duras de nuestro sistema judicial, empezando por la manera como se construyen y manejan los códigos del poder al interior de las prisiones. Por eso sabe muy bien que los platos más refinados del aparato de justicia se preparan en las cocinas del infierno. Con todo, y pesar de sucesos como el azaroso aplazamiento de la audiencia, quienes confiamos en él preferimos –contra todo pronóstico– seguir alimentando la esperanza.

Declaraciones al Otún TV